Las castañas de cajú son semillas de un árbol oriundo de la cuenca del río Amazonas llamado Anacardo. Debido a que están recubiertas por una cáscara que contiene una resina tóxica, originalmente se pensaba que las castañas no eran aptas para el consumo humano.
Sin embargo, con el avance de la ciencia se descubrió que no solo se pueden comer sino que además son muy nutritivas.
Las castañas de cajú son buenas para el corazón: aproximadamente el 40% de su contenido son grasas insaturadas que contribuyen a equilibrar los niveles de colesterol y triglicéridos.
Son excelentes fuentes de energía: a pesar de su pequeño tamaño aportan muchas calorías, por eso no es recomendable comer más de un puñado por día. También aportan minerales como fósforo, potasio, magnesio, hierro, yodo y zinc. Se recomienda a personas con anemia o cansancio crónico.
Estas semillas son ricas en vitaminas B3, B5 y B9, que ayudan mantener nuestro sistema inmunológico fuerte y favorecen el rejuvenecimiento celular. Son excelentes antioxidantes.
Las castañas de cajú son muy utilizadas para preparar panes, budines y turrones. Son ideales para consumir como snack entre comidas por su aporte de energía y nutrientes.
